¿Dónde esta mi mamá?

…ya no sé qué hacer con mi vida al verme acá en esta prisión, encerrada entre estas cuatro paredes. Me entra una desesperación. Día a día me agobio más. Quisiera que todo eso fuera un sueño y despertarme al lado de mi hijo quien en este momento me necesita.

Lo tengo presente todos los días – en mi mente y en mi corazón – y me pregunto ¿cómo estará? ¿qué estará haciendo? si comerá o no.

“¿tía, cuándo viene mi mamita? La extraño mucho quiero que mi mamá esté conmigo a mi lado.”

Se me hace un nudo en la garganta al pensar en él, y al no soportarlo se me salen las lágrimas. Mi niño tiene 12 añitos. Él necesita del cuidado y el calor de su madre. Mi hijo está con mi hermana pero él nunca se sentirá tranquilo y contento sin el cariño y el calor que yo le daba todos los días.

Mis padres todos los días sufren mucho por mi ausencia. Ellos también se preguntan cuándo llegará el día y el momento en que estaré a su lado. Yo le doy razón a mis padres porque también soy padre y madre para mi hijo que sufre y llora todos los días por mi ausencia. Extraño mucho a mi hijo, ya no sé qué hacer.

Quiero contar el por qué de lo que hice.

Para empezar yo soy padre y madre. Hace 5 años que me separé. Empecé a trabajar en varios restaurantes en los cuales me pagaban 300 soles [US$90] mensuales. Lo que me pagaban no era suficiente para mantener a mi hijo, y menos cuando la escuela pedía dinero. No sabía qué hacer al ver a mi hijo tan triste.

Un día, tuve que armarme de valor e ir a buscar a su papá para decirle que su hijo necesitaba su apoyo. Ese día lo encontré. Le supliqué que me ayudara, que lo hiciera por su hijo. Él no se negó, me dijo que me apoyaría y me dio 100 soles [US$30]. Esa fue la única vez que me ha apoyado y nunca más supe de él. Por eso es que me arriesgué… acepté la propuesta de esa mujer por la necesidad que tuve y no saben lo mucho y lo arrepentida que estoy. Al estar pasando por estos momentos tan difíciles de mi vida, sin poder ver a mi pobre hijo quien en estos momentos me necesita más que nunca.

Me siento tan culpable de lo que mi hijo está pasando, lo triste y duro que es para él. Hace unas semanas atrás mi hermana me mandó una carta donde me dice que mi hijo no quiere ir al colegio. Hace un mes que no quiere estudiar. A lo único que él se dedica es a preguntarle a su tía todos los días “¿tía, cuándo viene mi mamita? La extraño mucho quiero que mi mamá esté conmigo a mi lado.” Yo no sé qué hacer, siento que el mundo se me acaba. Me siento tan agobiada al saber todo lo que pasa con mi hijo.

Esa es la historia. Pido que me perdonen. Mil disculpas para el Señor Juez y para todas las autoridades de este país, Hong Kong, también necesito el perdón de cada unos de ellos. Prometo a ustedes, al Señor Juez y las autoridades con la mano en el corazón que nunca más volveré a usurpar su país y mil disculpas también para las personas que viven acá pues les iba a causar tanto daño al traer estas drogas peligrosas. Por eso pido y suplico que no vengan más personas de mi país, Perú. No más mulas, porque no le deseo a nadie este lugar. Yo juro y prometo, por mi hijo, que cuando me vaya nunca más volveré a traficar. Trabajaré honestamente. No más tráfico, nunca más.

 

Nota: Esta carta ha sido editada. Se han hecho correcciones gramaticales y de ortografía para mejorar la redacción de la misma. Lea más sobre su historia en Antes Servía Comida, Ahora Sirvo Una Sentencia