Tengo 22 años de edad y escribo esta carta para que no acepten los tratos de traficantes que llevan por mal camino.
Antes de venir a Hong Kong mi situación siempre fue complicada por que tenía dificultad de conseguir trabajo, pues la pandemia había afectado mucho el mercado laboral.
Yo trabajaba vendiendo ropa por las mañanas y trabajando como mesera en pizzerias para ayudar a mi papá que sufría de problemas cardiacos y necesitaba una cirugía urgente. Con lo que ganaba no me bastaba para pagar las consultas y los exámenes médicos ni los medicamentos. Tuve que abandonar mis estudios para ayudar con los gastos cotidianos.
…cada vez que llamaba escuchaba a mi papá llorando y diciendo que no quería morir.
Trabajé desde los 14 años para hacerme cargo de mi educación y ayudar a mi padre ya que solo nos tenemos el uno al otro. Con el tiempo, los tratamientos no le hacían efecto y fue internado al hospital varias veces. Me tocó ver qué hacer para mantener mi trabajo, cuidar de mi padre y conseguir dinero para los gastos médicos. Habíamos retirado dinero del banco para pagar las deudas. Empecé a doblar turnos en la noche, a hacer horas extras e ir a trabajar por las mañanas, a hacer trabajos domésticos y buscando cualquier otro trabajo para ganar más aunque eso implicara no poder descansar y no poder pasar tiempo con mi padre que ha medida que pasaban los los meses su salud empeoraba.