Escribo esta carta para compartirles sobre mi situación. Primeramente deseo contar un poco de mi historia.
Soy la menor de 8 hijos, este año cumpliré 37 años. Comencé a trabajar de niñera cuando tenía 12 años. Lo hice porque sentía la carga de ayudar a mi padre quien siempre luchaba por nuestro sustento, para la comida y los estudios de sus hijos.
¿Quieres saber por qué? Mi padre nunca tuvo un trabajo estable, vende helado en las calles. Un día cayó enfermo, tuvo un derrame cerebral. Esa es la razón por la que mis hermanos y yo nunca terminamos la escuela.
En Perú, ninguno de mis cinco hermanos tiene un trabajo estable, sólo trabajos temporales, ganan sólo lo suficiente para poder sustentarse, al menos para sus comidas. Antes de venir a Hong Kong, mis dos hermanas y yo trabajábamos limpiando casas. Todas las semanas nos turnábamos para comprar la comida de nuestros padres, pero a veces no teníamos suficiente.
‘¿Por qué fuiste a Hong Kong? Ahora estás muy lejos de nosotros … y no podemos hacer nada por ti’…. ‘Me arriesgué, pero no sabes lo arrepentida que estoy papá…’
Hace unos años, después de que mi padre se había recuperado un poco del derrame, comenzó a vender helados nuevamente. Él ha estado haciendo esto durante tantos años, sin importar cuán viejo y frágil esté. En días de lluvia, no puede salir a vender… hay días en los que no come nada. Mis hermanas y yo le pedíamos que se quedara en casa, pero él siempre decía que debía salir a vender, al menos para ganar lo suficiente para comprar un kilo de arroz. Me rompe el corazón ver a mi familia pasar tiempos tan difíciles…
La llamada
Hace unos meses, recibí una llamada de un número desconocido que me preguntaba si quería ir a Hong Kong. Le pregunté quién era, dijo que se llamaba Doro. ‘¿Por qué me preguntas si quiero ir a Hong Kong?’, le pregunté. ‘Para hacer un pequeño trabajo’, me dijo. Pedí más detalles. Él quería que yo llevara 500 gramos de pasta de cocaína. ‘Si estás de acuerdo, vuelve a llamar a este número’… era un número diferente. También dijo que no le diera mucha importancia, era un trabajo fácil y que nada peligroso pasaría. ‘Lo pensaré’, le dije. ‘¡Espero tu llamada!’, respondió Doro. A partir de ese momento comencé a pensar en ello. Mi ingreso inestable, la mala situación económica de mi familia, la salud de mi papá… ¡ahora todos los días está preocupado por mí y por lo que estoy pasando!
Nadie sabía que venía a Hong Kong. Solo les dije que iba a visitar a mi tía en la ciudad de Iquitos. Les dije que volvería en un mes o dos. ‘Cuídate hija’ dijo mi papá. Le aseguré que volvería, que no se preocupara. Imaginen su consternación cuando los llamé para informarles de mi arresto en Hong Kong. Mi padre casi tuvo otro derrame y mis hermanas se preocupan mucho por mí.
Mi realidad
‘¿Por qué fuiste a Hong Kong? Ahora estás muy lejos de nosotros … y no podemos hacer nada por ti’… les dije el por qué de mis actos. No podía soportar ver su sufrimiento todos los días. ‘Me arriesgué, pero no sabes lo arrepentida que estoy papá…’
Mi papá ahora está muy deprimido. Está angustiado al pensar que nunca me volverá a ver. Mi madre también está sufriendo mucho por mi. Ella también está delicada de salud, mi pobre madre es una persona enferma.. no puede dormir, siempre tiene que tomar sus pastillas para poder estar tranquila. Yo era la que cuidaba de mis padres. Me dedicaba a trabajar para ellos… ahora no sé qué será de ellos. Los amo y los extraño mucho. Todos los días pienso en ellos. Todos los días me desespero. He perdido el apetito y estoy perdiendo peso. Todos los días lloro pensando en ellos, estando tan lejos, siento que mi vida se me acaba. Me siento peor cuando las Madams me gritan, como si no fuera yo cualquier cosa. ‘No entiendo inglés, ¿por qué tienes que gritarme de esa manera?’ Tengo que aguantar sola con la culpa y los reproches, no puedo dejar que mis padres se enteren. Están demasiado enfermos. Desearía estar con ellos… con toda mi familia. Ya no puedo soportar la prisión. Todos los días me humillan y abusan emocionalmente … Necesito a mi familia y ellos me necesitan a mí.
Espero que después de leer mi historia, vean mi carácter, cómo era y cómo seguiré siendo, trabajar honradamente. El día que regrese a Perú continuaré sirviendo a mis padres hasta el día de mi muerte. Espero que tengas compasión de mí al leer esta carta.
Antes de finalizar mi historia, me gustaría pedirle perdón a usted, al honorable juez, a Aduanas, a la policía, a todas las autoridades y al pueblo de Hong Kong. Lamento mucho haber venido aquí trayendo drogas peligrosas. Lo lamento profundamente y espero que tengan un poco de compasión por mí y reduzcan mi condena para poder estar con mi familia pronto.
Nota: Esta carta ha sido editada. Se han hecho correcciones gramaticales y de ortografía para mejorar la redacción de la misma.