Soy Peruana, tengo 22 años. Soy madre soltera. Tengo un hijo de cinco años. Ahora me encuentro en una prisión de Hong Kong. Llevo ya un año y tengo acusación por tráfico de droga. Quiero, a través de esta carta, pedirles y rogarles que por favor no se dejen engañar por falsas promesas de trabajo sin antes verificar de qué trabajo se trata, ningún trabajo ni dinero vale tu sufrimiento ni el sufrimiento de tu familia.
Ahora quiero contarles lo que me aconteció.
Pucallpa
Yo vivía en Pucallpa con mis padres y mi hijo. Recientemente había terminado mi relación con mi esposo, y llegamos a separarnos.
Comencé a buscar trabajo para poder mantener a mi hijo. Me conecté con una amiga por Facebook, quién se había ido a Lima a trabajar. Ella me sugirió ir a Lima porque allá pagan bien. Consulté con mi madre pero ella me dijo que no era buena idea que yo fuera lejos a trabajar. Yo le insistí que quería ir y mi mamá me dijo: ‘Ve, pero no te quejes después cuando te pase algo.’
Viajé a Lima. Me fui sin pensar que sería la última vez que vería a mi madre y a mi hijo, solo me quedo con los recuerdos que compartí con ellos y la sonrisa de mi hijo. Yo pensaba que estaba haciendo algo bueno, pero fue la peor decisión que tomé en mi vida.
Lima
Llegué a Lima. Mi amiga me recogió y fuimos al lugar donde ella estaba viviendo. A los dos días le dije que fuéramos a buscar trabajo, y ella me dijo que no, que debería esperar porque ella tenía una amiga que nos iba a dar trabajo. Al preguntarle de qué trabajo se trataba, ella se quedaba callada.
Al siguiente día me dijo que su amiga la invitó a una discoteca y fuimos las dos a encontrarnos con ella. Ella nos presentó a su amigo. Al verlo tuve miedo y le dije a mi amiga que nos fuéramos a casa. Ella me dijo que no, que se iba a quedar con ellos a lo que le dije que esa mujer y ese hombre me daban miedo con la forma como actuaban. Mi amiga me dijo que esas personas no me iban a hacer nada, que ellos nos querían dar trabajo. Cuando le pregunté nuevamente de qué trabajo se trataba, ella me dijo “mañana te digo”. Entonces regresé a la casa sola. Mi amiga les dijo todo acerca de mí, pues ella me conocía bien.
Pensaba que ella era realmente mi amiga. Yo la trataba como si fuera mi hermana, pero en realidad era mi peor enemiga. Me metió en este problema tan grave, yo nunca pensé que haría eso conmigo.
Quiero, a través de esta carta, pedirles y rogarles que por favor no se dejen engañar por falsas promesas de trabajo sin antes verificar de qué trabajo se trata, ningún trabajo ni dinero vale tu sufrimiento ni el sufrimiento de tu familia.
Esa noche mi amiga no regresó a dormir a casa. Al día siguiente cuando llegó me dijo que su amiga vendría a conversar conmigo.
Llegó la mujer con el hombre y mi amiga me dijo que ellos nos querían dar un trabajo que nos pagaría buena cantidad. Yo le pregunté en qué y me dijo que era para llevar droga a Hong Kong. Yo me asusté cuando ella me habló así, y le dije que no lo haría. El hombre se molestó con nosotras y me empezó a amenazar. Me dijo que sabía todo acerca de mi, y si no hacía lo que él me estaba pidiendo, le pasaría algo a mi familia y a mi hijo.
Llorando, le dije a mi amiga que no quería hacerlo, que tengo a mi hijo muy pequeño y si me pasaba algo no volvería a verlo. Ella me dijo que no me iba a pasar nada, que tenía que hacerlo y ella iría conmigo. Ella estaba muy tranquila y sin miedo.
Pues así fue cuando prepararon todo para el viaje. Compraron los pasajes para mi y mi amiga. Saldríamos en diferentes vuelos. Yo salí primero.
Hong Kong
Llegué a Hong Kong y fui arrestada. Mi amiga nunca viajó a Hong Kong. Hasta ahora no sé nada de ella, no se si estará viva o muerta, pero espero que Dios le perdone todo lo que hizo conmigo. Yo pido por favor a ustedes que han leído mi historia tener mucho cuidado con propuestas de empleo por más que sea de una persona de confianza.
Hay veces que no nos damos cuenta hasta cometer un grave error y después viene el sufrimiento cuando nos encontramos en una prisión, tan lejos de nuestra familia y de nuestro país. Por favor no se dejen engañar por las personas que dicen ser sus amigos. Por favor antes de cometer un error piense en sus padres y sus hijos porque ellos son los que más sufren de los errores que cometemos. No se dejen engañar como me engañaron a mi.
Por favor apoya la campaña “No Más Mulas” y comparte con otras personas, para que otras personas no sean engañadas por los traficantes de drogas. Este país es muy estricto y las condenas son muy largas. No permitas que ocurra.
Nota: Esta carta ha sido editada. Se han hecho correcciones gramaticales y de ortografía para mejorar la redacción de la misma.