Soy Argentino hace unos años me fui de mi país por trabajo, estuve trabajando y viviendo en Bolivia también formé una familia.
En el trabajo me estuvo yendo bien un tiempo hasta que un ajuste de personal me dejó en la quiebra. En la búsqueda de un nuevo empleo conozco a Sebastián — con el que empezé a tener una buena relación. Entonces le pedí un favor, una suma de dinero suficiente para seguir manteniendo a mi familia hasta conseguir un nuevo trabajo. Todo iba bien hasta que Sebastián comenzó a presionarme para que saldara mi deuda hasta el punto de amenazarme diciendo: “A vos no te va a pasar nada pero sé que tenés hijos acá.”
Me dió un plazo de cinco días para que le pagara pero al tercer día me llama por teléfono ofreciéndome un negocio donde el pago saldaría mi deuda y me quedaría un poco de dinero para mi.
En ese momento unos oficiales de aduana se acercan y me piden que los acompañe… al ver que la valija está totalmente vacía me llevan a un hospital…
Nos encontramos y me comentó que el negocio se trataba de pasar cocaína a otro país con unas cápsulas. No sabía la cantidad, pero al recordar su amenaza no me importó y acepté.
Me pidió que espera su llamada que iba a organizar mi viaje. Después de dos días se comunica conmigo y me pide vernos, ese día viajaría. Me entregó 38 cápsulas. Éstas las tenia que llevar en el estómago así que me las fui tragando una a una.
Ya con ticket en mano viajé a Sao Paulo desde ahí salía mi vuelo hasta Ethiopia donde hice una escala y de ahí a Hong Kong con la aerolínea Ethiopian Airlines.
Mi viaje había marchado bien.
Ya estando en Hong Kong, me presenté a migración donde la oficial me pide el pasaporte. Se lo doy, lo mira y presiona un botón. Luego sigue su rutina con el pasaporte, me lo entrega y paso a buscar mi maleta. En ese momento unos oficiales de aduana se acercan y me piden que los acompañe. Los seguí y entonces comenzaron a revisarla sacando todas mis pertenencias, pasan la maleta por unos detectores al ver que la valija está totalmente vacía me llevan a un hospital en donde me sometieron a estudio de rayos X en el que salí ileso. Después me hicieron una tomografía computada donde las cápsulas se dejaron ver. Me internaron hasta que expulsara todas y de ahí me trasladaron a la cárcel donde ya llevo seis meses esperando a que me sentencien, esperando que Argentina y Hong Kong lleguen al acuerdo – del que aún no hay novedad. Con esa aprobación estaría dos años acá y luego sería trasladado para Argentina, estaré preso igual pero al menos un poco más cerca de mi familia.
Espero que esta nota sirva para aquellas personas que están por hacer lo mismo o pensándolo, deseo que llegue a las manos correctas, por si alguien se encuentra en esa misma situación de no encontrar trabajo y endeudarse con la persona equivocada que abusando de la necesidad de la gente los arrastra al tráfico. Yo fuí una de esas personas y perdí más de lo que me hubiera ganado.
Si el acuerdo entre ambos países no sale, estaré 15 años físicos en Hong Kong.
Nota: Esta carta ha sido editada. Se han hecho correcciones gramaticales y de ortografía para mejorar la redacción de la misma.