Diez minutos al mes

Luego de siete meses de haber sido sentenciada he decidido volver a escribir parte de algunas cosas que estoy casi segura que muchos desconocen, puesto que quien se encuentra aquí soy yo, una Venezolana de 31 años de edad, madre soltera de tres hijos, arrestada en Septiembre de 2016 en el aeropuerto internacional de Hong Kong.

Exactamente hace un año y seis meses decidí afrontar la dura realidad que me esperaba, aun cuando desconocía muchas cosas. No soy la única por supuesto, porque todas a las que aquí he conocido han comentado que las personas que nos ofrecen esta propuesta no paran de aprovecharse de la dura situación económica que embarga nuestro país. No me cabe la menor duda de que todas y todos – porque hay muchos hombres también – aceptamos esto por esa sola razón: falta de dinero, pobreza de oportunidades para optar por una buena oferta laboral, etc.

Doctoras, estilistas, secretarias, estudiantes, obreros, albañiles entre otros que aquí nos encontramos, todos venimos de familias humildes y la mayoría somos madres solteras, con hijos de edades entre los 3 y 18 años (o más) que ahora se encuentran sin una de las cosas más valiosas de sus vidas: sus madres y padres.

Solo puedo comunicarme con mi familia una vez al mes y solo por 10 minutos…

En agosto de 2017 luego de 11 meses de tensión, finalmente fui sentenciada a 24 años y seis meses de prisión, luego de varios descuentos que nos hacen, mi sentencia fue reducida a 15 años y seis  meses, de los cuales, según mi buen comportamiento, quizá logre salir en Enero de 2027, de lo contrario en marzo del 2032. Imagínense, casi nueve años de la vida de mis tres hijos que me perderé, ausente en cuerpo porque mi mente permanecerá atada a ellos. Y aunque no todo es color de rosa, por lo menos tengo vida y salud gracias a Dios, y debo reconocer que le he sacado el mayor provecho a mi situación actual. Ahora hablo dos idiomas más de mi lengua nativa, puedo estudiar, trabajar y adquirir conocimiento acerca de algunas cosas aquí.

A diario se lucha, la discriminación de parte de algunos abunda… Solo porque no eres “Hong Kong people” (gente de Hong Kong) deberás esperar hasta el 2020 para que te vea un odontólogo, porque es costoso y mientras, tomas “painkiller” (analgésicos) para aliviar un poco el dolor aun y cuando lo necesitas urgente.

Solo puedo comunicarme con mi familia una vez al mes y solo por 10 minutos, ¿creen que en 10 minutos puedan contar lo que acontece en un mes? injusto verdad? Puesto que somos nosotras quienes pagamos las llamadas, trabajamos por un salario que no alcanza para mucho, somos como máquinas – “robots” – en la mayor de las empresas que tiene HK: las prisiones.

Lo que más duele no son todas las quejas que yo pueda tener acerca de este lugar, porque gracias a Dios tengo vida y salud, lo que más me duele es estar lejos de mi familia, que el tráfico de drogas no se detiene, y que luego que pensé que ya no llegarían personas de mi país, luego de un año llegaron nuevos Venezolanos ¡qué tristeza! Lo que más me duele es que mi esfuerzo por alertar a la población venezolana y a latino americanos (aunque no ha sido en vano, bajó el porcentaje de quienes aceptan traficar) y los que corren con la suerte de llegar a Hong Kong – en el continente asiático y sus alrededores  algunos otros países dan pena de muerte. Hasta donde vamos a llegar? Que más vamos a perder o sacrificar?  Vale la pena tomar el riesgo por otros?

Amigo y amiga Venezolano(a) o de algún otro país de latino américa, Sur América… Aquí las sentencias por tráfico son como para alguien que acabó con la vida de mucha gente, no te arriesgues, la libertad y estar con la familia no tiene valor ni precio, no aceptes ser una mula, no se gana más que la prisión. SI FUERA TAN FÁCIL, NO NOS USARÍAN A NOSOTROS, NO CREES?

NO TE DEJES ENGAÑAR CON FALSAS PROMESAS… NO AL TRÁFICO, NO MÁS MULAS !

COMPARTE NO TE QUEDES CON ESTA INFO… NO MÁS MULAS EN HONG KONG.

Nota: Esta carta ha sido editada. Se han hecho correcciones gramaticales y de ortografía para mejorar la redacción de la misma.