Desechado y despojado al otro lado del mundo

Soy Venezolano de 31 años de edad, trabajador de varios oficios y padre de familia. Quedé desempleado y tuve que trabajar por cuenta propia debido a que soy padre de dos niños, una niña y un bebé que todavía no había nacido.

Mi país pasaba por una fuerte crisis económica y mi estado financiero no estaba bien.

Con el tiempo conocí a una persona de nacionalidad nigeriana por medio de un amigo. A los días de haberlo conocido me propuso un negocio al cual no acepté pero al transcurso de un mes terminé aceptando la propuesta del nigeriano. Le pregunté con exactitud cómo era el trabajo y él me dijo que tenía que llevar droga en el interior de mi cuerpo para un país extranjero. Me dió mucho miedo. Él me dijo que me pagaría US$5,000 después que entregara la droga estando en el país de Hong Kong.

Yo en verdad que no sabía cómo eran las leyes en el extranjero ya que nunca habia salido de Venezuela.

Acepté ser mula y viajar a Hong Kong con droga. Para los que nos envían somos personas desechables, usados y despojados sin importarles nuestras vidas.

Le dije que no, que era muy arriesgado. Él me dijo que no me preocupara que todo estaba arreglado, que yo llegando a Hong Kong y entregando la droga me pagarían los US$5,000 y a los días estaría otra vez en mi país con mi familia.

Yo le dije que está bien, que lo haría y le pregunté la fecha de viaje. Me dijo “ten tu maleta preparada yo te llamo.” A los días recibí la llamada. Tomé una parte de mis ahorros dejándole otra parte a mi mujer que tenía 3 meses de embarazo. Le dije que esperara que yo regresara, le dije que iba a viajar para Caracas a hacer un trabajo de albañilería.

Caracas–Brasil–Addis Ababa–Hong Kong

En Caracas—la capital de mi país—me recibió otra persona nigeriana y allí estuve una semana. Luego me mandaron para Brasil. En Brasil me recibieron otras dos personas nigerianas y allí duré un mes. Me empezaba a preocupar porque ya tenía mucho tiempo lejos de mi familia.

Después de ese mes me dieron el boleto para Hong Kong con escala en Addis Ababa, Etiopía y una reservación para un hotel. En ningún momento recibí dinero.

Viajé de Brasil con la droga adentro de mi cuerpo. Después del largo viaje llegué a Hong Kong el día 19 de Agosto del 2017. Llegando al aeropuerto de Hong Kong y pasando por migración fuí detenido para una serie de preguntas sobre mi visita. Yo les dije que venía de turista por lo que me preguntaron si yo traía dinero para mi estancia en Hong Kong. Les mostré el dinero que traje de mis ahorros ya que los nigerianos no me dieron dinero. Cuando los oficiales de migración vieron que tenía muy poco dinero no creyeron mi motivo de turista y me llevaron para la aduanas donde fuí chequeado. Comprobaron que traía droga en el interior de mi cuerpo y procedieron a mi arresto.

En prisión

Ya llevo aquí en prisión un tiempo, esperando el día de mi sentencia.

Estoy muy arrepentido por lo que he cometido porque he dejado a mi familia sola. Me la he pasado pensando todo este tiempo en ella, en mis hijos e hija, en ese nuevo bebé, porque yo estando aquí preso mi mujer dió a luz el bebé que estabamos esperando cuando me vine.

Esto es algo muy duro para mí al igual para mi familia. El saber que voy a estar un largo tiempo preso sin ver a mis hijos e hija, el saber que voy a perder sus infancias, que no voy a poder verlos crecer. Uno cuando es padre y no está al lado de nuestros hijos para ayudarlos a crecer los perjudica mucho por no tener el calor paterno.

Esto es un castigo muy fuerte que no se lo deseo a nadie. Estas son las consecuencias por nuestra mala forma de solucionar las cosas en un momento de desespero.

Lector ¿sabes por qué cuento mi historia?

Para que no pasen por lo mismo que yo he pasado. Para que tomen un poco de conciencia y no tomen el camino incorrecto. Porque es mejor ser humilde y vivir con lo poco que se tiene.

También recuerden que cuando alguien le proponga viajar como mula, no acepten porque las personas que trabajan con droga no tienen más nada seguro que la cárcel.

Recuerden mi ejemplo y el de muchos que estamos presos por el mismo motivo. Lejos de nuestra familia y seres queridos.

Yo un joven de 31 años de nacionalidad Venezolana les aconsejo a todos los lectores de esta campaña tanto mujeres como hombres, no tomen el camino de las mulas ni ningún otro que tenga que ver con las drogas. Las mulas somos personas desechables, porque a los que mandan las drogas no les importan la salud ni la libertad de las mulas.

Por eso no quiero que sigan viniendo mulas para Hong Kong ni ningún otro país.

Por favor.

DÍGANLE NO A LAS MULAS

NO AL TRÁFICO DE DROGA

Nota: Esta carta ha sido editada. Se han hecho correcciones gramaticales y de ortografía para mejorar la redacción de la misma.